«Esta mañana a las 07:35 h (02:35 hora uruguaya) el obispo de Roma, Francisco, volvió a la casa del Padre», consignó la nota firmada por el cardenal Kevin Farrell y publicada por la Santa Sede en sus redes sociales.
El viernes 14 de febrero de este año, Francisco ingresó al hospital Gemelli de Roma aquejado de una bronquitis que le provocaba graves dificultades respiratorias. Le diagnosticaron una neumonía en ambos pulmones que requirió intenso tratamiento médico y que hizo temer por su vida. Finalmente, salió del hospital el 23 de marzo.
Ayer, domingo, todavía convaleciente, apareció sentado en una silla de ruedas en el balcón de la Basílica de San Pedro del Vaticano donde, con una débil voz, le deseó una «feliz Pascua» a los miles de fieles congregados allí por esa celebración.
“Queridos hermanos y hermanas, ¡felices Pascuas!”
El jesuita argentino tuvo que recurrir a un colaborador, que leyó su mensaje, en el que repasó los conflictos en el mundo.
En ese texto, Francisco denunció «la dramática e indigna crisis humanitaria» en Gaza y pidió un cese el fuego. Además, expresó su preocupación por «el creciente clima de antisemitismo que se está difundiendo por todo el mundo».
Unos minutos más tarde, recorrió sorpresivamente la plaza de San Pedro en el papamóvil y bendijo a algunos bebés.
El obispo Diocesano de Mercedes, Mons. Luis Eduardo González, destacó la figura de Francisco, remarcó algunos de los hechos importantes de los cuales se ocupó y expresó su impronta.
También dialogamos con Mons. Carlos María Collazzi quien recordó la figura del pontífice y algunos de los encuentros que mantuvieron en el tiempo.