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La historia de Luciano

Luciano Castro (21 años) desayuna, trabaja en su casa, corta el pasto, ayuda con la leña a su padre, almuerza, duerme siesta y de tarde asiste a un Instituto desde que tiene 2 meses. Castro vive sobre la ruta 1 y va y vuelve solo al instituto, salvo que sea de noche. Tiene novia y en un futuro le gustaría formar una familia y vivir en Nueva Helvecia. Pero lo jueves rompe su rutina para entrenar en el equipo de futsal del Club Plaza Colonia para chicos con capacidades diferentes.

Castro tiene Síndrome de Down y el pasado mes de marzo representó a la selección uruguaya de Futsal en el campeonato de Lima, Perú. En palabras de Luciano sintió mucha emoción y les fue bien. Jugaron contra Perú, Argentina, Brasil, Chile y Turquía. Agrega que le encanta ir a entrenar porque conoció muchos amigos y gente que lo quiere. Desde que es novio de Ana Clara, Luciano dice que la vida es mucho más linda. Han ido juntos al cine y a cenar y se ven todos los días en el instituto. Pronto empezará a trabajar en una reconocida empresa de la zona en tareas de limpieza pero continuará su carrera como jugador de futsal.

Su madre, Marie Echave cuenta que la época escolar de Luciano fue muy dura; la adaptación y al finalizar la incertidumbre sobre su futuro ¿Qué hacer? Entonces empezó a estudiar Mecánica en la UTU y terminó el curso siendo ahora técnico. Pero después de la UTU, también volvió la incertidumbre. A través de las redes sociales y un poco gracias al azar, Echave se conecta con Emilio Fernández, quien lamentablemente falleció. Cabe destacar que Fernández presidía la Comisión de Deportes Inclusivos de la AUF y fue figura clave para el desarrollo de tales deportes en Plaza Colonia y dejó un gran legado para las familias con hijos de discapacidades diferentes.

Desde que Luciano empezó a jugar futsal down, para la familia ha sido una bendición en palabras de su madre. Porque en Plaza Colonia lo reciben como uno más del plantel. Echave cuenta que desde pequeño, el Instituto al que asiste no solo lo apoyó en la educación de Luciano, sino que también los educó a ellos mismos, a sus padres para que lo traten de manera acertiva. Ahora el joven tiene todo un futuro por delante. Y antes de terminar, Luciano le manda saludos y gracias a sus maestras Vero, Eugenia y Marcela. También a su tío a quien quiere mucho y por supuesto, a su suegro.